-1,2,3, 4, vaa… El otro día estaba pensando qué escribir. Hay alguna historia dando vuelta en el hotel Los Marios de Montserrat. Otro tanto también por Palermo. Pero me convencí que lo mejor sería hablar un poco de nuestra vuelta -estoy hablando de Los Tullidos- al escenario.
En mi opinión, la noche trasuntó claroscuros. Pero transpiró honestidad. Qué quiere decir: que íbamos a intentar hacer lo mejor posible hasta el final y eso se notó. Hubo momentos memorables –sobre todo cuando Pedro Dalton nos acompañó-. Otros transcurrieron más bien entre las olas con las velas cargadas de viento, mucha agua en la borda y sudando para no escorear en el whisky. Salvo para el hombre canoso sentado detrás de la caja, justo enfrente mío, hubo intensidad. Notorius no es un lugar para tullidos. Algo le molestaba a ese hombre y, al percibirlo, también me inquietaba a mí.
Hasta los cocineros salieron de sus lugares llenos de grasa y hollín para ver qué mierda pasaba en el salón. Sospecho que a esa gente un poco aburrida de las cadencias tu-tutu-tuuuu del jazz formateado esta situación les divirtió bastante. Y para ellos tocamos, en realidad. Para ellos y para quienes con mucho esfuerzo vinieron a vernos.
Era más o menos 1999 cuando conocimos a los Buenos Muchachos, la mejor banda uruguaya de los últimos veinte años. Al frente Pedro Dalton no dejaba mucho lugar a segundas interpretaciones en cuanto a qué venía la cosa con su música… y sus venas. Desde ese momento entablamos lo que se podría definir como una “amistad entrañable”. Y no paró. Hoy Pedro, un honor muy grande para nosotros, acompaña el proyecto. Canta y sobre todo nos inspira con su presencia.
Era más o menos 1999 cuando conocimos a los Buenos Muchachos, la mejor banda uruguaya de los últimos veinte años. Al frente Pedro Dalton no dejaba mucho lugar a segundas interpretaciones en cuanto a qué venía la cosa con su música… y sus venas. Desde ese momento entablamos lo que se podría definir como una “amistad entrañable”. Y no paró. Hoy Pedro, un honor muy grande para nosotros, acompaña el proyecto. Canta y sobre todo nos inspira con su presencia.
También llegó alguien muy especial: Rubén Plataneo. Otro tipo que es cosa seria. En este caso para registrar el recital –y van unos cuantos- con una cámara y acompañado de su inseparable Guille con las fotos. Creo que la velada, más allá de las canciones, unió las partes de un rompecabezas que permanecía un poco disperso.
La foto fue enviada por Nicolás a MySpace.
El próximo viernes 26 a las 12,30 se viene la segunda.
4 comentarios:
me salió movidísima la foto... la próxima prometo estar mas sobrio...
salud hermanos tullidos!
gracias por volver.
Nico
La foto está perfecta. Gracias porque es muy testimonial.
Espero tomar unas copas pronto...
Franco
El acrata saldo su visita con dos CD uno de ellos de magnificos tangos, la recuperación trabaja en infatigables dias y espacios.
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