domingo, 7 de junio de 2009

Charlando con Andrecito

Un amigo, Lucas Colonna, ex guitarrista de Angela Tullida (época "Pinchadura") y periodista pudo mantener esta conversación con Andrew Eldritch, de Sisters of Mercy, antes de su show en Flores. Lo que sigue es lo que se trajo de esa charla y su opinión sobre el recital:

"Guerra Fría. Desocupación. Fábricas abandonadas. Parajes industriales devastados. ¿Te haces a la idea? En Leeds teníamos una nube sobre la cabeza. En el Reino Unido todos la tenían. De ahí salía esa música, esas ideas, ese espíritu, supongo”. Quien habla es Andrew Eldricht, el fundador y vocalista de The Sisters of Mercy, el grupo insignia del sonido oscuro de la década del 80 que visitó Buenos Aires por primera vez en sus 29 años de carrera.

Eldritch me recibió horas antes del recital que el grupo dio en El Teatro, de Flores. Curiosamente, su explicación sobre el aura de la banda funcionó como el más profundo contraste con lo que la noche del martes se vio sobre el escenario porteño: lejos, muy lejos de los altos estándares de los discos de estudio, el grupo ofreció un show manufacturado y desalmado; un compendio de canciones ejecutadas en clave de karaoke, con un sonido vacío y desajustado.

En una hora y media de recital, aquel elocuente retrato ballardiano de la Gran Bretaña de Margaret Thatcher que los Sisters pintaron como ningún otro grupo entre 1980 y 1992 (período en que editaron tres discos de estudio y una veintena de simples) trocó en una caricaturesca y pobre recreación del pasado.

Eldritch es el único miembro original del grupo que sigue en carrera. Lo acompañaron aquí los guitarristas Ben Christo y Chris May, ambos claramente influenciados por el sonido del heavy metal, y ciertamente ajenos a las sutilezas y a la energía punk de los originales Sisters. Una prueba: las tramas enredadas y enigmáticas de las guitarras de Gary Marx y de Wayne Hussey –coaturores del disco debut, First and Last and Always, de 1985- fueron sepultadas por Christo y May, que en el show parecían querer rendir tributo a grupos de dudosa reputación incluso para el hard rock, como Poison o Withesnake.

Otra particularidad inexplicable del show: ningún músico toca el bajo en vivo, pese a que las canciones de la banda están guiadas en su mayoría por las pesadas líneas sonoras de este instrumento.

“Las cosas cambiaron mucho para nosotros”, dijo Eldricht a La Nacion, para explicar por qué desde la edición de Vision Thing, en 1991, el grupo no sacó ningún otro disco, rompió su contrato con la discográfica Warner y modificó completamente su modus operandi y su dirección artística. “La diferencia entre ahora y antes es que ahora podemos girar por el mundo cuando queremos, con las guitarras en la mano, y recaudar nosotros mismos la venta de las entradas”, explicó. “No necesitamos sacar un disco nuevo para que nuestros fans conozcan las nuevas canciones. Las tocamos en vivo”, agregó.

Las palabras de Eldritch permiten interpretar el espíritu de la presentación. El recital incluyó un repaso obligado y notablemente desapasionado de los clásicos de los Sisters como "Lucretia my reflection", "Alice", "Flood", e incluso, "Firts and Last and Always", pero finalmente se perdió entre los sonidos trillados y previsibles de un heavy metal gris y apocopado, orquestado por Christo y May.

: en la nota no puso que entre sus apetencias musicales hoy están en primer lugar el... ¡reggae y el dub! Que, obviamente, no sabe tocar...

Los Sisters son apenas una linda remera... ¡Piedad!

"Lucretia my Reflection" (de verdad) http://www.youtube.com/watch?v=IuezNswtRfo


miércoles, 3 de junio de 2009

Dicen que dicen


Extractos de comentarios textuales de amigos que me han llegado acerca del nuevo disco de Angela Tullida:

Diego (Rosario, Utopía Records): "Lo recibí el sábado a la mañana y no paré de escucharlo, me compré el primero que llegó y se lo llevé el sábado a la tarde a mi mujer. me partió la cabeza! encima el sábado y el domingo estuvo todo el dia nublado y lluvioso, ideal para escuchar este disco! jjeje en serio, me gustó muchisimo, es en verdad más tanguero y milonguero que los otros dos, pero siempre estuvo presente en AT esa veta, obvio, mezclado con canción y oscuridad, no me gustan mucho los rótulos pero está cercano a eso de doom tango o dark tango. Las colaboraciones increíbles".

Juan (ciudad de Buenos Aires):"En el devenir de las asociaciones que me encuentro con el mejor de los sentires al recurrir de forma directa a una palabra que describe "Tripascorazón"  y la palabra que se revela en mis sentidos aturdidos y cansados es: ¡SOBERBIO!

Carlos (Buenos Aires): "Todo bien con ustedes, pero no me gusta. No se puede bailar y el tipo que canta no tiene nada color para Palermo. Es un bajón" 

Héctor (Buenos Aires): "Debe haber un loco por cuadra en esta ciudad al que le debe gustar esto... por suerte no soy uno de esos. Estoy sano"

Espero comentarios sobre estos comentarios

lunes, 18 de mayo de 2009

28 de junio


El pasado está a cargo del futuro 

miércoles, 13 de mayo de 2009

Cabalgaremos





















Si quedara varado en un bar para siempre y hubiese una banda tocando quisiera que fuera definitivamente Slim Cessna's Auto Club. 

Suelo escaparme de las recomendaciones musicales, pero esta no podía guardármela. Algunos medios en los Estados Unidos dicen que es la mejor banda del mundo en vivo. No lo podremos comprobar nunca, porque acá no la conoce nadie.

Son de Denver, quizá el bolsón más interesante de lo que ocurre actualmente musicalmente en ese país. Podrían definirse como altcountry, pero van más lejos. Mezclan la oscuridad faulkneriana con un country rock acelerado. Usan mandolinas y tremolosas guitarras del sur de ese país a un ritmo devastador. 

En pleno auge del folk (que se define como un tipo con una guitarra acústica haciendo canciones aburridas) los Slim son como una patada en el orto. Podés seguir a la ME y todos esos inventos de banditas de inglesitos que parecen los Jonas Brothers despeinados. O podés investigar por otros lugares del planeta. Más arriesgados y menos elegantes que Caléxico y casi tan incendiarios como los Sex Pistols (no por nada son editados por Arternative Tentacles de Jello Biafra), los Slim podrían asemejarse a los locales Los Alamos pero... buenos.

Al frente está Jay Munly (foto) un personaje con una pinta siniestra y voz cascada. Munly tiene dos o tres discos solistas también muy recomendables. Cipper, el último de Slim, en mi humilde opinión es soberbio.

En cierta parte del Sur de los EE.UU. están ocurriendo cosas. Con la impronta de una sombra oscura y los fantasmas de antiguos cowboys algunas bandas como Wovenhand (ex Sixteen Horsepower) o Tarantella (que no se si existen) refundaron el goticismo entre pantanoso y desértico a lo Faulkner y McCormick. Basta de vampiros y toda esa mierda de castillos encantados, ahora, el tema va por otro lado.

Recomiendo poner en Myspace Americadio y Children of de Lord, ambos de Slim.

Que disfruten la info. 


   

lunes, 11 de mayo de 2009

Enano maligno



Pensaba que quería ser Papa, pero le gustaba tanto hacerse la paja que no imaginó un futuro por ahí. 

De aspecto degradado, Carlos Julián Centeno, nació bien y se puso mal de pronto. 

En Ibicuy, Entre Ríos, le había caído alguna porquería de esas que usan para matar todo en el campo y lo había dejado pequeño. Tenía una estatura de juguete con un rostro de hombre mayor. 

Su metro cuarenta eran todo resentimiento. Y su motor era transformarse en el peor hijo de puta de todos los tiempos. Abrazó la causa eclesiástica desde un costado laico después de trasuntar las noches de La Night, un cabarulo de Concordia. La Orden le enseño mucho. Por ejemplo, eso que llaman: "la hora de gloria". Que más o menos significa no perder ni un minuto de tiempo desde que uno se levanta para trabajar en las trapisondas del día.
 
Eso incluyó mucho estudio, preparación y el tesón sin freno para forjarse un lugar en algún garito de poder. Las Fuerzas Armadas resultaban muy obvias, la política demasiado pecaminosa, juntar dinero: de negros. Entonces, siempre con el motor de la intolerancia, la Orden y el resentimiento, decidió dedicarse al siempre inexpugnable recurso del periodismo. Y, cagando gente hizo carrera.

Con el odio (nunca manifiesto)  por su impiadoso físico y su culposa inclinación perversa por las putas terminó armando una familia y tuvo hijos. Ninguno conoce sus secretos, aunque los suyos incluso desconfían de ese hombre pequeño y maltrecho que hace una caricatura de la seriedad bienpensante.
 
Nostradamus nunca realizó ninguna predicción sobre la Argentina. Sí las hizo del mundo (algo más fecundo, seguro) y, en sus devaneos, esbozó que el fin del mundo llegaría con la entronización del primer emperador negro. De haberse ocupado de este país hubiera ubicado en sus afiebradas interpretaciones el avance de un enano maligno.

Estén atentos... 

  
 

miércoles, 6 de mayo de 2009

TripasCorazón

Un disco raro. Más maldito que oscuro. Menos afrancesado y más tanguero. Lo quiero, porque nos llevó a lugares que nunca pensamos ni siquiera tocar musicalmente. Hay muchos demonios dentro y siguen ahí intactos. 

La tapa es seca. El contenido no tiene ninguna reminiscencia a fiesta de pueblo (como muchos discos por ahí), ni acercamientos obvios a ritmos telúricos, ni guitarritas de juguete en plan latino, ni evocaciones al baile de feria, ni contoneos con la canción francesa, ni una mierda. Creo que es el más personal de las obras de AT

Es duro como el cemento, pero, a la vez, más tímbrico que los anteriores. 

Es el primer disco con músicos invitados de verdad (no borrachos que estaban por ahí) y es el primer disco al que le pusimos cierto nivel de producción. No siento que hayamos logrado lo que en verdad queríamos (avanzamos mucho en las historias, sin embargo). Pero lo intentamos con mucha sangre saliendo por todos lados. 

A quienes les gusta Angela Tullida creo que les va a costar aceptarlo. Y, a quienes no les gusta, lo van a odiar. Tengo mis canciones preferidas. Tengo mis canciones menos queridas. Tengo el disco en la mano. Pero no tengo donde escucharlo.

No sé si querría, en verdad. El día está demasiado claro. Angela Tullida no. 


miércoles, 4 de marzo de 2009

Jesús, pescador de pared


Las cañas estaban acomodadas como cañones. Apuntaban al cielo y del último pasahilo colgaba una campanita. El cielo gris, la amenaza de lluvia, no le movía un pelo. Jesús, así se llamaba el hombre, tenía una sabiduría masticada en horas y horas esperando que esa campanita de mierda sonara de una vez por todas y delatara el pique de algún bagre o “amarillo”. Desde que el río esta podrido por dentro y por fuera eso ocurre con la frecuencia de las erupciones volcánicas. Entonces, ¿qué queda? Pensar. Hasta el individuo menos pretensioso respecto del acongojante acto reflexivo caería en la trampa. No queda otra: o pensás o te conseguís una radio portátil con auriculares. Pero, si escuchás el partido, por ejemplo, corrés el riesgo de no oír la campanita. Y la campanita es todo cuando uno va a pescar. Jesús, siempre lo afrontó y piensa. A su manera, claro.

 “Flaco, mirá, yo me vengo acá para escaparme de casa”, dice como una obviedad, aunque por la traza de su rostro podría intuirse que se fugó de una cárcel de alta seguridad. “Es así. Las mujeres viven de la reacción: no tienen otra manera… Necesitan que pase algo para tener una opinión; con el tiempo todos sus pensamientos terminan siendo negativos y el único boludo que tienen adelante sos vos. Son negativas porque reaccionan y, tienen razón, porque las cosas que pasan son malas, pero a veces es mejor dejarlas pasar” comenta con la mirada fija en la campanita. “Tienen un aguante impresionante para cargar el tanque de angustia… llenan el tanque, lo bajan y lo vuelven a llenar varias veces en el día”, acomodó el relato. Parece que Jesús había llenado el tanque, pero de vino, porque las palabras salían un poco flojas y alargadas. “Sos casado”, interrogó. “Aaahh… entonces cagaste. En algún momento te va a pasar que todo lo que hacés está mal. Es como que necesitan de vos para putear, porque sino no tienen en qué pensar. Uno empieza contestando, se enoja; después tratás de no darle bola y elegís ser medio autista; al final te fugás. Los que tienen guita se van con otra, los que no, vienen a pescar, flaco, así de simple”, dijo.

-Tin,tin,tin, sonó la campanita.

Jesús recogió la línea. Un bagre blanquecino con la piel medio transparente colgaba del anzuelo. Mediría unos cinco centímetros. Lo desenganchó del anzuelo con una pinza y lo tiró en un balde con agua putrecta. Encarnó lanzó tan lejos como sus fuerzas, su angustia y su miseria le permitieron. No llegó lejos. A estos tipos les dicen “pescadores de pared” porque ponen las cañas en la escollera y nunca tocan el agua (por fortuna). 

“Te juro que no doy más… me tengo miedo. Vuelvo a casa y la jabru me espera con esa cara de orto intragable y no sé qué hacer… en cualquier momento me sale una locura, lo único que me salva es esto”, dijo mientras movía la cabeza y apretaba la empuñadura de la caña. 

La llovizna empezó a caer. Tomó el balde y devolvió el pequeño bagre el agua desde 30 metros de altura. Le dio marcha a los reels de las cañas y empezó a subir las cosas a un Falcon desvencijado con una calcomanía de "Mundo Marino" en la luneta. 

Uno en esos momentos agradece que exista la pesca, la Costanera, los pequeños bagres mugrientos y hasta el río podrido lleno de pañales y tampones usados. 

Jesús más que nadie...